viernes, 9 de octubre de 2020

Veneno. Ni bodrio ni obra maestra aunque mas cerca de lo segundo que de lo primero.

Es sabido que 2020 pasará a la historia como el año del coronavirus. Un mal día de marzo, este agradable bicho decidio quedarse con nosotros una larga temporada, cambiando nuestra forma de vida y golpeando de lleno en nuestras rutinas. La industria televisiva no ha sido ajena a este fenómeno, mas bien al contrario, podría afirmarse que ha sido uno de los sectores mas afectados por la pandemia, produciendo una oleada de aplazamientos en series que ya estaban programadas para estrenarse en una fecha determinada. Seguramente por esto, al producirse un repentino vacio en las series que vengo siguiendo me anime a ver la que muchos criticos ya han bautizado como la serie del año. Tengo que reconocer que a priori una serie basada en la vida de un transexual de los años 90, dedicado al oficio mas viejo del mundo que alcanzo una efimera fama al aparecer en el programa de Pepe Navarro "Esta noche cruzamos el Mississipi", a priori, tenía pocas papeletas para figurar entre mis favoritas. Parecía dificil que esta serie pudiera encajar con alguien alérgico a programas como "Salvame" o "Supervivientes", y que invierte un tiempo muy limitado en ver otra cosa que informativos, cuando se tercia, y poco más, de la programación televisiva corriente. Pero bueno, decidí darle una oportunidad a esta serie y dedicarle una hora de mi tiempo, en el peor de los casos. Ya en el primer capitulo, me encontre con un producto original y de calidad. Sin duda King Jedet, demuestra que ser transexual no quita para ser buen actor, aunque también merece la pena destacar las interpretaciones del niño Guille Marquez, y del joven Marcos Sotkoszki que dan vida a la veneno cuando aún no se había operado y se hacía llamar Joselito. La verdad es que los Javis (Javier Calvo y Javier Ambrosi) dan con la tecla en encontrar el punto entre drama, comedia y humor, una "dramedia" como diríamos hoy en día. A pesar de que un servidor no simpatice con ni sea seguidor de los ambientes trans o gays, con los que es respetuoso, eso sí, al ver la serie no cuesta empatizar con el pequeño Joselito, un inocente niño cuyo "pecado" es sentirse mujer en un cuerpo varón. No cuesta imaginar en un municipio rural en la España tardofranquista, católica y homofoba el rechazo que dicha forma de ser podía generar, empezando por el de su madre, con el que Joselito/Cristina siempre tendría una relación más bien mala.
Otro punto fuerte de la serie me parece la caracterización del programa "Esta noche cruzamos el Mississipi", en el que Israel Elejalde da vida muy acertadamente a Pepe Navarro. Gran periodista, sin duda, pero al que la mala suerte en la elección de los contenidos del programa acabó por lastrar su carrera televisiva. Primero, al frente del Mississipi, muchos recordareís como se dió pabulo a las teorías conspiranoicas en el caso Alcasser (brutal asesinato de 3 adolescentes en dicha localidad valenciana). La falta de eficacia de la Guardia Civil a la hora de cerrar el caso hizo que teorías alternativas sin contrastar, alentadas por el criminologo Juan Ignacio Blanco, encontrasen difusión en el programa de Pepe Navarro. El caso es que el programa no fue renovado en Antena 3 y Pepe Navarro tuvo que hacer la "mudanza" a la competencia con un programa que tuvo breve recorrido "La sonrisa del pelícano". En este caso la noticia de la difusión de una cinta en la que suspuestamente aparecía Pedro J. Ramirez provoco el cierre definitivo del programa por vía judicial. En este punto, se produce uno de los momentos más emotivos de la serie, en la que un guardia jurado (Pepe Navarro, el autentico), le indica amablemente a su homologo en la ficción que debe abandonar los estudios de grabación. Sin duda estamos ante una serie en la que conviene dejar prejuicios a un lado y centrarse únicamente en su vertiente artística. Si uno es capaz de hacer este ejercicio, estoy convencido de que no le defraudará.

sábado, 23 de marzo de 2019

ANILLOS DE ORO: DIVORCIOS A LA ESPAÑOLA

Recientemente, siguiendo mi gusto por las miniseries españolas me dispuse a ver “anillos de oro”. Hace poco tiempo que vi “la barraca”, adaptación para TVE de la novela de Blasco Ibañez. Magnifica serie con el inolvidable Alvaro de Luna en el papel de Batiste, que pasaría a la posteridad por interpretar al “algarrobo” en “Curro Jimenez”. Después de una breve deliberación sobre la siguiente me decante por “anillos de oro”. Lola (Ana Diosdado) es una abogada madura que decide retomar su profesión asociandose con Ramón (el incombustible Imanol Arias). Debe decirse que lo que hoy en día es una simple anécdota, no lo era en el momento en que se emitió la serie (1983), en el que la ley del divorcio estaba recién aprobada. El divorcio era un tema tabú para gran parte de la sociedad, como muy bien se refleja en la serie, al ir en contra de la sacrosanta institución del matrimonio. España daba sus primeros pasos en la transición, y las costumbres iban cambiando poco a poco. Debo comentar, también, que para mi gusto la banda sonora de cabecera es una de las mejores que se han compuesto para una serie española. Entre bella y melancólica, permite evocar perfectamente la nostalgia del recuerdo de un tiempo pasado.
Sin duda, el punto fuerte de esta serie es la química entre Ramón (Imanol Arias) y Lola (Ana Diosdado). A pesar de que Lola esta felizmente casada y Ramón es un infatigable Don Juan la atracción entre los dos protagonistas no pasa desapercibida. Con semejante argumento, la serie evita hábilmente, caer en la cursileria y haberse convertido en un adelanto de las abundantes telenovelas que nos han inundado en la sobremesa. A pesar de que la atracción física entre Manuel y Lola siempre esta presente, de una manera mas o menos sutil, se trata de una serie coral, con capítulos en su mayor parte independientes por la que van desfilando gran parte de actores españoles famosos en la época: Hector Alterio, Juan Luis Galiardo, Jose Maria Pou, José Bodalo o Alberto Closas entre otros. Y como anécdota también se puede citar la presencia de una jovencísima Ana Obregon en el segundo capitulo. Es cierto que a la serie le cuesta un poco arrancar, incluso recuerdo que en los primeros capítulos llegue a plantearme la conveniencia de continuar con ella o no. Sin embargo, mejora con el paso de los capítulos, combinando hábilmente drama y comedia, sin caer ni en el sentimentalismo barato ni en el chiste fácil y soez. Vemos que llega a tratar múltiples temas, que no por cotidianos dejan de ser trascendentales en la vida misma: la infidelidad, la homosexualidad, la precariedad económica, el dolor de la perdida o los problemas de la relación padres-hijos entre otros. Y por supuesto, problemas conyugales por múltiples causas. Todo esto muy hábilmente presentado, a pesar de contar con el paradigma del amor libre en el caso de Ramón, frente al matrimonio convencional, en el de Lola, no creo que se trate de una serie moralizante, que pretenda hacer apología o proselitismo de ninguna tendencia, salvo en algún caso de sobreactuación excesiva. En resumen, estamos en una época dorada de las series, en las que por calidad y cantidad resulta difícil, en ocasiones, decantarse por una u otra. Sin embargo, de vez en cuando está bien rescatar algún clásico. A pesar de que sea una serie a la que le cueste un poco arrancar, es una buena inversión de tiempo . Los capítulos se pasan volando y al ser corta, con 13 capítulos, acaba dejando muy buen sabor de boca.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Abracadabra: Si hay que ir a verla, se va...

Empezó recientemente una nueva temporada cinéfila en el cineclub Cerbuna, de Zaragoza. En este caso, y después de descartar varias películas: unas ya las había visto en el cine, y otras, no me resultaban suficientemente atractivas, al final llegó el momento de estrenarme esta temporada. A primera vista, la película "Abracadabra" puede parecer una españolada rancia, burda y casposa, tras un primer vistazo al reparto y al argumento, pero mi instinto, por 2 razones me avisaba de que en este caso la película no es lo que aparenta en una primera impresión. La primera razón, es el buen gusto del encargado de elegir las películas del cineclub. Y la segunda, es que viendo que el director, Pablo Berger, era quien había dirigido "Blancanieves", una de las joyas del cine español reciente, pensé que era posible que fuera una buena película. Se trata en este caso de una comedia absurda y disparatada en ocasiones, terrorífica en alguna ocasión y cómica la mayoría de las veces. Carmen (Maribel Verdú) está casada (in)felizmente con Carlos (Antonio de la Torre). Un día acuden a una boda, y durante una sesión de hipnotismo dirigida por el primo de Carmen, Pepe (interpretado por Jose Mota), un espíritu maligno se introduce en el cuerpo de Carlos. Y así Carlos, alterna ser el macho ibérico español que es corrientemente con el espíritu refinado y culto en apariencia de la persona que hace años cometió un crimen atroz. La primera sorpresa positiva fue la actuación de Jose Mota. Conocía su faceta como cómico. Incluso, era un fiel seguidor de su programa "La hora de Jose Mota", hasta que me llegué a cansar por la repetición de gags y personajes. Supongo que llenar de material cómico un programa semanal de más de una hora no debe ser nada fácil y en muchas ocasiones puede ser inevitable caer en la repetición o en el humor cutre y soez. Sin embargo, desconocía completamente la labor de Jose Mota como actor y creo que en esta ocasión es un papel bastante digno. Desde luego quien espere ver a Jose Mota haciendo el tonto y repitiendo los numeritos clásicos de su programa de humor se ha equivocado de película. No se me puede olvidar tampoco el gran papel de Maribel Verdú, gran protagonista de la película y que brilla con luz propia en el papel de ama de casa sometida al machista de su marido. Ni tampoco al bueno de Antonio de la Torre, que es uno de los grandes valores al alza del cine español. Hasta ahora, se le conocía por papeles en los que hace de tipo duro sin concesiones como en la película "Que Dios nos perdone" o como justiciero implacable en "Tarde para la ira". En esta ocasión al bueno de Antonio le toca desmelenarse y alternar su papel de macho ibérico con el de refinado psicopata, dulce y amable con su mujer y su hija y rey de la pista de baile que sería capaz de hacer la competencia al mismisimo Jhon Travolta en "Fiebre del sabado noche".
Completa el reparto un puñado de buenos actores, no tan conocidos como los protagonistas: Quim Gutierrez, Josep Maria Pou o Saturnino Garcia entre otros. También destaca una banda sonora usada de manera brillante como 10cc, "Im not in love" y por supuesto no podía faltar el tema "Abracadabra" de Steve Miller. Puede que esta película no guste a todo el mundo, pero a mi me ha parecido una película brillante y lo dice un servidor muy poco amigo de las "españoladas" que considera series como "los serrano", "aida" o "farmacia de guardia" basura televisiva. Como diría el bueno de Jose Mota, si hay que ir al cine, se va, pero ir para nada es una tontería. Y a mi la película no me pareció ninguna tontería, aunque en un principio lo pueda aparentar, no se dejen guiar por la primera impresión esta vez.

viernes, 3 de marzo de 2017

Planeta Imaginario

Después de varias entradas alejado de los orígenes de este blog, hoy recupera su esencia para hablar del clásico programa infantil “Planeta Imaginario”. En plena era tecnológica, donde conceptos como tablet, android, servidor, smartphone están a la orden del día y son de pleno dominio en la juventud de hoy en día. Sin embargo, unos cuantos privilegiados, y sí creo bien decir, nacimos y crecimos en una época donde nada de esto existía. El primario y básico spectrum daba sus primeros pasos y el móvil no existía. Entonces solo quedaba echar a volar la imaginación o bien ver la televisión, en la que la oferta se limitaba a la 1 y la 2, a diferencia de la ingente cantidad de canales que tenemos hoy en día. Corría el año 1984 y la democracia aún estaba en pañales. Todavía no soñábamos con que una divisa común europea sustituiría a nuestra entrañable peseta, el muro de Berlin todavía no había caído, hacía solo 3 años que nuestros mayores habían contenido la respiración con el 23-f, y quedaban todavía 2 años más para que uno de los mayores genios del balón, Maradona, diera una exhibición en el mundial de Mexico 86. En este contexto “Planeta Imaginario” comenzó su andadura, emitido horario de tardes los lunes a las 19:00. La sugerente melodía Arabesque nº1 de Debussy, interpretada por Isao Tomita, nos introducía en un mundo mágico, onírico y creativo. Flip, protagonizado por Teresa Soler era el personaje principal del programa, acompañada siempre de su inseparable amigo invisible Muc, al que nunca llegaríamos a conocer. Y eso que a través del programa desfilarían magos, brujos, mimos , perros, gatos, conejos, un caballo, dragones y criaturas fantásticas varias. La genialidad y grandeza de este programa sin duda, reside en como sin apenas medios, y utilizando elementos tan rudimentarios como plásticos, marionetas, trozos de cartulina etc... y lo más importante, una buena dosis de imaginación, se puede llegar a crear todo un universo mágico y fantástico. Como bien se ha apuntado sobre este programa, hoy en día sería imposible que ninguna cadena de televisión tuviera interés en transmitirlo en su formato original a pesar de tener indudable valor didáctico, superior a mucha de la basura televisiva que abunda en muchos canales infantiles. La temática de este programa es bastante variada, tratando temas como la pintura (Picasso), la literatura (Giani Rodari, Lewis Carroll, Julio Verne) o incluso el cine con guiños a Melies. El filosofo Spinoza catalogo la imaginación como una fuente de conocimiento. Pues esta claro que en este caso la imaginación abundaba por todas partes. Durante media hora nos permitía un viaje galáctico sin movernos del sillón y la oportunidad de conocer gentes y criaturas de lo mas inverosímil. Tenemos a la boca que nunca se cansaba de comer, y que en un descuido dio buena cuenta de los protagonistas del programa, o la princesa coliflor, cuyos pretendientes rechazados acababan decapitados y acababan formando parte del menú real.
Y ahora, si me disculpan un servidor debe partir en un viaje intergaláctico, pues está invitado a una recepción en cierta planeta y debe salir lo antes posible para evitar las temidas lluvias de asteroides.

sábado, 29 de octubre de 2016

Gomorra

Afirmaba el gran filósofo francés Rousseau que el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad le corrompe. En la época en que vivió aún no se había inventado la televisión, aunque quizás si levantara la cabeza y pudiera ver esta serie a lo mejor cambiaría de opinión. Si algo sobra en la oferta televisiva actual son las series relacionadas con la mafia y las drogas. Es un tema recurrente que se repite una y otra vez. Seguro que a los “seriefilos” les suena Braking Bad con el mítico Walter White (Bryan Cranston) a la cabeza, o la mítica The Wire ambientada en los bajos fondos de Baltimore y considerada como la mejor serie de la historia. Creo que es un poco injusto a veces hablar de series mejores o peores, pues a veces la temática es diferente, sino que a lo mejor sería mas acertado de hablar de series que tienen más o menos calidad. Y está claro que en este caso es una serie que calidad le sobra.
La serie “Gomorra” está basada en el libro de Roberto Saviano como una secuela de la película de mismo nombre, estrenada en 2008. La localización de esta serie, esta en el barrio de Scampia, en Napoles, un lugar degradado en el que la miseria y la pobreza se codean con el lujo y el glamour en el que viven un puñado de “capos” del narcotrafico. Rodada con puñado de actores poco conocidos en los que destacan Pietro Savastano (Fortunato Cerlino), Ciro Di Marzio (Marco D´Amore) y Gennaro Savastano “Genny” (Salvatore Esposito), hijo en la ficción de Pietro. Hasta ahora llevan 2 temporadas, la primera doblada al castellano. Un servidor cuenta con unos conocimientos muy básicos de italiano, pero aún así he preferido verla en V.O con subtitulos. Da la impresión que al igual que sucede en España, entender a un andaluz cerrado puede ser costoso en algunas ocasiones, así que no digamos para alguien que está iniciandose en el idioma. Sin embrago creo que merece la pena el esfuerzo pues un “hai capito” no suena igual en italiano que doblado. No es una serie alegre, pues no necesita serlo para describir lo que describe pero si extremadamente adictiva y entretenida. Todos los capítulos te dejan con ganas de ver mas y siempre te preguntas a donde llegara esa espiral de violencia. Y creo que merece la pena destacar el gran trabajo de todos sus actores, desconocidos para el gran público. Ademas, me ha gustado la evolución de los personajes, pues cada uno tiene su personalidad. Destaca Gennaro, el hijo de Don Pietro que ha pasado de ser un muchacho ingenuo y descuidado, a un psicópata alocado de gatillo fácil para terminar siendo un mafioso frío y calculador en la segunda temporada. Quizás se pueda considerar como el personaje central a Ciro Di Marzio, capaz de las mayores atrocidades incluso con miembros de su familia cuando ve que sus objetivos están en peligro evolucionar a algo parecido con la piedad en algunas ocasiones. ¿Remordimiento por la sangre derramada?. En la segunda temporada “perdona” la vida a una persona argumentando que oye las voces de todos los que ha matado. Así el personaje que menos ha cambiado es Don Pietro, el patriarca del clan Savastano que dirige su clan con puño de hierro. Protagonista de uno de los mejores golpes de efecto de guión, pues en la primera temporada se hace pasar por loco durante su estancia en prisión, cuando en realidad es una artimaña para fugarse durante un traslado. Creo que no solo engaño a sus guardias en la prisión durante la ficción sino a una buena parte de la audiencia, y cuando alguien lleva ya una buena dosis de televisión a su espalda, los giros inesperados se agradecen. Así que quien quiera realizar un viaje por el Napoles profundo, y observar de cerca el día a día de la camorra desde la seguridad de su sillón no debe perderse esta serie ¿hai capito?.

viernes, 14 de octubre de 2016

Sing Street

Cada uno tiene sus debilidades, entendidas en este caso como prioridades o aficiones en grado extremo. La mía es mas bien un país Irlanda. A pesar de alguna mala experiencia al principio, tuve la suerte de residir durante un año en dicho país, periodo en el que se cumplió sobradamente mis expectativas y viví mis mejores experiencias, difícilmente repetibles después. Así pues, cuando me enteré que había en la cartelera una película irlandesa ambientada en los años 80, me presenté en el cine casi de inmediato. Y eso a pesar de ser una película musical y que los musicales no sean una de mis predilecciones, salvando honrosas excepciones. Connor (Ferdia Walsh) es un adolescente que pertenece a una familia de clase media-baja en el Dublin de los años 80. Va un colegio ultra-católico conservador, no faltando el matón de turno. En estas conoce a una chica que le hace tilin e intenta montar un grupo musical para tratar de conquistarla. El argumento parece a simple vista bastante simplista y parece que tendría todas las papeletas para convertirse en una película teen, cursi y predecible del montón. No es así gracias al talento del director, Jhon Carney, que con su toque personal a la película consigue que uno no pueda dejar de empatizar con el personaje de Connor. A pesar de que las circunstancias de Connor no son fáciles, una familia en descomposición, un matón que le hace la vida imposible en el colegio y un tutor mas que intransigente, encuentra en la música y en el grupo recién creado una válvula de escape para escapar de la mediocridad de una realidad hostil. El proceso de formación del grupo musical así como sus improvisadas actuaciones callejeras con una cámara casera y mucha imaginación no tienen desperdicio. Personalmente, me encanto las referencias del director a la cultura musical de los años 80, con guiños a grupos como Duran Duran, Bowie, the cure, depeche mode...... Así como quien no quiere la cosa, Connor consigue encandilar a la chica de sus sueños, transformando su indiferencia inicial en curiosidad y de paso poner en jaque al matón del colegio. Más difícil lo tendrá con el tutor del colegio para vencer su intransigencia y fanatismo, aunque hacia el final de la película tendrá que claudicar también. A pesar de su previsible guión, en este caso queda patente que lo importante no es lo que se cuenta, sino como se cuenta, la película funciona bastante bien en conjunto gracias a su banda sonora, recreación fiel de una época y en ocasiones su sentido del humor. Me pareció un gran papel del bueno de Connor (Ferdia Walsh), un actor adolescente y desconocido para mí hasta ahora. También se puede señalar el papel secundario de Aidan Gillen (el celebérrimo Meñique de Juego de Tronos) como padre de Connor. La película se cierra con brillantez para mi gusto, aunque he leído alguna crítica en sentido contrario. No revelaré el final por si alguno de mis escasos lectores se anima a verla. En ese caso les invito a que me den su opinión del final.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Doctor en Alaska, un viaje exótico sin moverse del sillón

Si hace unos días me saltaba los límites temporales de mi blog por debajo, con la serie el picaro del año 1974, en esta ocasión lo hago por arriba para viajar al año 1990, en el que se estreno la serie “Doctor en Alaska”. Su título original en inglés es “northern exposure”, lo que vendría a ser en su traducción literal algo así como exposición norteña, así que en esta ocasión el encargado de adaptar su titulo original al español merece una felicitación. Doctor en Alaska suena mucho mejor y es un titulo mucho más sugerente. Recuerdo que esta serie era emitida por la 2 en un horario infame y yo era un imberbe adolescente así que en su época no vi ni un solo capitulo completo de la serie. Tan solo recuerdo su pegadiza banda sonora de entrada. Hará cosa de unos 5 años intente verla pero recuerdo que me quedé atascado en el tercer capítulo. La mente humana en ocasiones tiene su lado oscuro y tiene preferencia por el crimen, las drogas y los asesinatos y supongo que las historias aparentemente sencillas de Doctor en Alaska en ocasiones no tienen cabida en nuestros gustos. Sin embargo, animado por las buenas críticas de las que goza la serie este verano decidí darle otra oportunidad, y a fe que me alegro de haberlo hecho. Es cierto que las historias de las que trata pueden aparecer a simple vista como banales y ligeras, pero quien tenga la paciencia y la agudeza de mirar un poco más allá se encontrara con una serie de una riqueza y unos valores realmente sobresalientes, amen de unas reflexiones filosóficas y metafísicas que bien merecen una reflexión. Aunque eso si, un horario “normal” de emisión ayudaría, ya que supongo que a altas horas de la madrugada la mayoría de los mortales con obligaciones no tienen su intelecto al 100 %.
El punto fuerte de esta serie es su guión, desde mi punto de vista el mejor que he visto en una serie de televisión. La pareja formada por el doctor Joel Fleischman (Rob Morrow) y su casera Maggie O´Connell (Janine Turner), desprende pura magia, con su permanente relación de amor-odio y sus diálogos hilarantes. Como muestra un botón, en el primer capitulo el doctor Joel confunde a su casera con una señorita de compañía, mientras que esta, en la primera temporada, le llama “yonki de la inutilidad”. Porque estos dos actores que brillaron a tan gran altura en la serie, después de ella solo han trabajado en películas y series menores, a menudo denostadas por la crítica es un misterio cuyas razones se me escapan, a pesar de sus carreras tan prolíficas. El bueno de Rob participó en la serie “numb3rs”, mientras que Janine tuvo un pequeño papel en la película “máximo riesgo”, con Sylvester Stallone. La serie recurre en numerosas ocasiones a momentos oníricos, dando lugar a situaciones surrealistas lo que a mi me recuerda en ocasiones a David Lynch. De los personajes secundarios sin duda mi favorito es Chris Stevens (john Corbett), presentador del programa musical y filosófico “Chris de la mañana”. Como tantos personales de la serie, Chris goza del don de la polivalencia y es el párroco del pueblo, además de ser locutor de radio. Desde su programa de radio cita a grandes pensadores como Nietzsche o Einstein y sus reflexiones filosóficas son de enjundia. Luego esta el fundador del pueblo, ex-astronauta de la Nasa Maurice Minifield (Barry Corbin). Patriota, republicano y firme defensor de los valores tradicionales es el terrateniente del pueblo, aunque no resulta difícil adivinar la humanidad del personaje bajo su ruda apariencia. Recuerdo el capitulo en el que acaba aceptando como inquilinos a una pareja de homosexuales a pesar de su reticencia inicial. Como no hay nada perfecto en esta vida, la pareja que tengo un poco atragantada es la que regenta el bar del pueblo (Holling y Shelly). La mayoría de las veces se les ve tan acaramelados que resultan empalagosos, en contraposición a los diálogos picantes y explosivos de Joel y Maggie. En resumen se trata de una serie, notable, original, divertida pero a la vez trufada de grandes reflexiones sobre los aspectos mas trascendentes de la existencia humana. Me he tomado la libertad de reproducir esta crítica como epilogo sobre la serie, cuyas palabras sin duda han sido sabiamente escogidas. “Pruébenla en un momento malo de sus vidas. Es recomendable también si son felices, o si creen que pueden serlo y no saben cómo. "Doctor en Alaska" les recordará aquello que se les ha olvidado sin que lleguen a saber porqué.  Pruébenla, porque Cicely es un lugar que siempre han conocido, pero en el que nunca han estado. Yo "volví" allí hace poco, y no puedo dejar de volver cada vez que creo que algo se me escapa, o que mi atención se desvía a cosas menos importantes que Vivir. Espero verles allí. Olviden los relojes, los horarios, el miedo a ustedes mismos, a los demás, quizá. Déjenlo todo allá de donde vengan porque no les hará falta.  Cicely no cambiará nunca. Quizá les cambie a ustedes.”