viernes, 9 de octubre de 2020
Veneno. Ni bodrio ni obra maestra aunque mas cerca de lo segundo que de lo primero.
Es sabido que 2020 pasará a la historia como el año del coronavirus. Un mal día
de marzo, este agradable bicho decidio quedarse con nosotros una larga
temporada, cambiando nuestra forma de vida y golpeando de lleno en nuestras
rutinas. La industria televisiva no ha sido ajena a este fenómeno, mas bien al
contrario, podría afirmarse que ha sido uno de los sectores mas afectados por la
pandemia, produciendo una oleada de aplazamientos en series que ya estaban
programadas para estrenarse en una fecha determinada. Seguramente por esto, al
producirse un repentino vacio en las series que vengo siguiendo me anime a ver
la que muchos criticos ya han bautizado como la serie del año. Tengo que
reconocer que a priori una serie basada en la vida de un transexual de los años
90, dedicado al oficio mas viejo del mundo que alcanzo una efimera fama al
aparecer en el programa de Pepe Navarro "Esta noche cruzamos el Mississipi", a
priori, tenía pocas papeletas para figurar entre mis favoritas. Parecía dificil
que esta serie pudiera encajar con alguien alérgico a programas como "Salvame" o
"Supervivientes", y que invierte un tiempo muy limitado en ver otra cosa que
informativos, cuando se tercia, y poco más, de la programación televisiva
corriente. Pero bueno, decidí darle una oportunidad a esta serie y dedicarle una
hora de mi tiempo, en el peor de los casos. Ya en el primer capitulo, me
encontre con un producto original y de calidad. Sin duda King Jedet, demuestra
que ser transexual no quita para ser buen actor, aunque también merece la pena
destacar las interpretaciones del niño Guille Marquez, y del joven Marcos
Sotkoszki que dan vida a la veneno cuando aún no se había operado y se hacía
llamar Joselito. La verdad es que los Javis (Javier Calvo y Javier Ambrosi) dan
con la tecla en encontrar el punto entre drama, comedia y humor, una "dramedia"
como diríamos hoy en día. A pesar de que un servidor no simpatice con ni sea
seguidor de los ambientes trans o gays, con los que es respetuoso, eso sí, al
ver la serie no cuesta empatizar con el pequeño Joselito, un inocente niño cuyo
"pecado" es sentirse mujer en un cuerpo varón. No cuesta imaginar en un
municipio rural en la España tardofranquista, católica y homofoba el rechazo que
dicha forma de ser podía generar, empezando por el de su madre, con el que
Joselito/Cristina siempre tendría una relación más bien mala. Otro punto fuerte
de la serie me parece la caracterización del programa "Esta noche cruzamos el
Mississipi", en el que Israel Elejalde da vida muy acertadamente a Pepe Navarro.
Gran periodista, sin duda, pero al que la mala suerte en la elección de los
contenidos del programa acabó por lastrar su carrera televisiva. Primero, al
frente del Mississipi, muchos recordareís como se dió pabulo a las teorías
conspiranoicas en el caso Alcasser (brutal asesinato de 3 adolescentes en dicha
localidad valenciana). La falta de eficacia de la Guardia Civil a la hora de
cerrar el caso hizo que teorías alternativas sin contrastar, alentadas por el
criminologo Juan Ignacio Blanco, encontrasen difusión en el programa de Pepe
Navarro. El caso es que el programa no fue renovado en Antena 3 y Pepe Navarro
tuvo que hacer la "mudanza" a la competencia con un programa que tuvo breve
recorrido "La sonrisa del pelícano". En este caso la noticia de la difusión de una cinta en la que suspuestamente aparecía Pedro J. Ramirez provoco el cierre definitivo del programa por vía judicial. En este punto, se produce uno de los momentos más emotivos de la serie, en la que un guardia jurado (Pepe Navarro, el autentico), le indica amablemente a su homologo en la ficción que debe abandonar los estudios de grabación. Sin duda estamos ante una serie en la que conviene dejar prejuicios a un lado y centrarse únicamente en su vertiente artística. Si uno es capaz de hacer este ejercicio, estoy convencido de que no le defraudará.
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