Últimamente he pasado por alguna situación algo convulsa, lo que me ha restado energías a la hora de actualizar mi blog. Sin embargo, superado este breve paréntesis hoy voy a hablar de lo que es una de las “joyas de la corona”. De una temporada a esta parte me ha dado por el coleccionismo de álbumes de cromos antiguos. Sin duda constituyen toda una terapia y una forma inmejorable de recordar aquellos tiempos de nuestra niñez, en la que conseguir el cromo que nos faltaba nos haría tanta ilusión o más que terminar de pagar el último recibo del préstamo para pagar el coche o la llegada de la paga extra en la actualidad. Cuantas tardes habremos pasado actualizando nuestras colecciones o haciendo transacciones comerciales con nuestros amigos. “Te cambio estos 3 repes por aquel”, “este te costara 5, y además me tendrás que invitar a gominotas”, etc…Y mi favorita sin duda es aquella colección que saco la editorial Maga allá en 1984 con el titulo de “Otros Mundos”. Por el módico precio de 5 pesetas uno podía adquirir cada sobre que contenía 6 cromos. Y el álbum vacío valía 50 pesetas. En su día recuerdo que llegué a poseer este álbum aunque nunca llegué a completarlo. Esta colección constaba de 243 cromos divididos en 3 secciones. Criaturas, hombres y robots, y una última de naves espaciales. La verdad es que el autor de esta colección lo borda, su imaginación es deslumbrante, y como ya apunta en el prologo su única intención es divertir y entretener. Os dejo como muestra un sobre y el álbum. A continuación empecemos nuestra aventura altermundana con el prologo de la colección. Abrocharos los cinturones antes partir hacia estos mundos lejanos y desconocidos.
“Sabemos que hay otros mundos que, como el nuestro, se mueven en los inmensos espacios siderales obedeciendo a leyes misteriosas y, aunque la Ciencia y la Técnica, con sus impresionantes y espectaculares avances, han permitido iniciar la exploración de ese casi insondable espacio, es tan poco lo descubierto hasta ahora que nada nos impide echar a volar nuestra imaginación y, con ella, dar vida y forma a nuevos y fantásticos universos.
Resultado de esta desbordad imaginación son estos mundos – los que aparecen en este álbum – llenos de extrañas formas vivientes y por los que pululan seres misteriosos, exóticos, extravagantes, pintorescos; algunos tan peregrinos como los plasmoideos – seres vivientes líquidos – y otros, tan simpáticos como los flautistas escarlata que, con sus armoniosos cantos, embelesan a sus quiméricos vecinos; numerosos robots, realizando variadas y curiosas actividades, recorren la superficie de estos fabulosos planetas, cuyos espacios estelares se ven surcados por poderosas astronaves construidas para llevar a cabo múltiples misiones.
No es extraño que algunos de estos seres, máquinas, robots, naves, etc. desafíen las Leyes de la Naturaleza, puesto que ellos son obras de la Fantasía y ésta, como sabemos, no tiene limites.
Estos mundos de ficción, disparatados a veces, rebosantes de ingenio, humor y colorido, han sido creados con el único fin de entreteneros y divertiros. Ojalá lo hayamos conseguido.”
“Sabemos que hay otros mundos que, como el nuestro, se mueven en los inmensos espacios siderales obedeciendo a leyes misteriosas y, aunque la Ciencia y la Técnica, con sus impresionantes y espectaculares avances, han permitido iniciar la exploración de ese casi insondable espacio, es tan poco lo descubierto hasta ahora que nada nos impide echar a volar nuestra imaginación y, con ella, dar vida y forma a nuevos y fantásticos universos.
Resultado de esta desbordad imaginación son estos mundos – los que aparecen en este álbum – llenos de extrañas formas vivientes y por los que pululan seres misteriosos, exóticos, extravagantes, pintorescos; algunos tan peregrinos como los plasmoideos – seres vivientes líquidos – y otros, tan simpáticos como los flautistas escarlata que, con sus armoniosos cantos, embelesan a sus quiméricos vecinos; numerosos robots, realizando variadas y curiosas actividades, recorren la superficie de estos fabulosos planetas, cuyos espacios estelares se ven surcados por poderosas astronaves construidas para llevar a cabo múltiples misiones.
No es extraño que algunos de estos seres, máquinas, robots, naves, etc. desafíen las Leyes de la Naturaleza, puesto que ellos son obras de la Fantasía y ésta, como sabemos, no tiene limites.
Estos mundos de ficción, disparatados a veces, rebosantes de ingenio, humor y colorido, han sido creados con el único fin de entreteneros y divertiros. Ojalá lo hayamos conseguido.”
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Yo tenía ese album de niño! Recuerdo a los Safrodeltos de Chavinia y a la pesadilla marina; ese robot gigante que hundía barcos. Se lo dejé a un amigo y me lo perdio... Un saludo!
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