Y van 4 de 4. En esta ocasión ha sido a priori, contra el rival más fuerte que nos quedaba, ellos habían ganado 3 partidos y perdido uno hasta ahora, frente a las 3 victorias y cero derrotas que llevamos nosotros. Había bastante en juego. El que saliese hoy vencedor no solo se aseguraba matemáticamente estar en “semis”, sino prácticamente el primer puesto, y desde luego la tensión se palpaba en el ambiente. El partido resulto bastante igualado, logrando al final una victoria bastante trabajada y sufrida.
En contra de lo que solemos hacer, en está ocasión fuimos de más a menos. Salimos muy enchufados al partido logrando un parcial de 4-0 al comenzar, lo que nos daba cierta tranquilidad. Entre almuerzos, jornadas de descanso por puentes y partidos aplazados por ausencia de rivales llevábamos cerca de un mes sin jugar un partido de campeonato. Esto fue aprovechado por mi compañero para recuperarse de sus molestias en el hombro y volver por sus fueros, marcando las diferencias con su pegada y sus jugadas cuando se le presentaba la ocasión. Poco a poco fuimos consolidando nuestra ventaja hasta llegar al ecuador del partido con nuestra máxima diferencia 15-8. Nuestros rivales no encontraban el ritmo para hacernos daño. Sin duda, a eso influyo que no dispusieran de ninguna pelota con la que poder contrarrestar nuestro juego. La pelota que sacamos era bastante viva, con lo que el delantero de ellos, uno de los mas habilidosos de la categoría, tenía pocas opciones de “matar” los tantos delante. Detrás yo aguantaba perfectamente el peloteo, ganándole la partida en este primer tramo de partido a su zaguero, y mi compañero de pareja se mostraba bastante acertado. A partir de ahí, se produjo un intercambio de golpes que en este caso nos benefició para llegar al 21-14. Se antojaba un desenlace cómodo, aunque mi filosofía es que nunca se debe bajar el ritmo hasta el tanto 25. Ya que cosas muy raras se han visto en un frontón. Nosotros mismo, habituados a las remontadas, ganamos un partido en la segunda jornada que íbamos perdiendo por 19-15. En ese punto nuestro rivales reaccionaron y nos endosaron un parcial de 0-4 para ponerse solamente a 3 (21-18). Un tanto afortunado por nuestra parte (22-18) parecía encarrilar el partido (22-18), pero ellos no habían dicho su última palabra. Un par de errores míos de izquierda (mi talón de Aquiles), unido a que ellos estaban cada vez más enchufados ponía emoción al partido (23-21) y así llegamos al 24-22. Teníamos 3 “match ball”, pero el partido se estaba apretando más de lo previsto. Ellos salvaron el primer tanto, para meter mas presión (24-23) y ponerse solamente a un punto. Entonces llegó la catarsis. Un minuto loco en el que pudo pasar de todo. Mi compañero pego un fuerte pelotazo atrás que estuvo a punto de tocar la chapa en la parte superior del frontón (o quizás llego a tocarla). En todo caso en estas ocasiones se debe aceptar la decisión del juez-arbitro que es el que mejor lo puede ver, es imparcial y no está en caliente. Nuestros rivales, al creer que la pelota había sido mala, protestaron con bastante vehemencia la decisión del arbitro, desentendiéndose del juego, y así propiciaron que pudiéramos hacer el tanto que cerraba el partido. Sin duda un grave error por su parte, ya que se deben acatar las decisiones arbítrales, ya sean acertadas o erróneas, sin perder la concentración exigible en un partido.
La actuación de mi compañero fue notable, una vez superadas sus molestias en el hombro, marcó las diferencias como solía en un partido difícil, y de gran exigencia. También, una vez más hizo gala de su velocidad para devolver todas las pelotas llevables y alguna más. Agradeciendo su pundonor, en alguna ocasión le he recordado que más vale que te hagan un tanto que sufrir un golpe contra la pared por ir a llevar una pelota a toda costa. La mía se puede calificar de correcta, en la primera parte del partido bastante bien, seguro, sin errores y provocando los del zaguero rival. Cierto es también que en la segunda parte del partido mi nivel bajó un poco, cometiendo algún error más de la cuenta con la izquierda. Influyo sin duda el hecho de que ayer noche decidiera salir a dar un “voltio”, y ya se sabe el peligro que tiene esto. Volví a casa un poco tarde y me tomé unas cuantas cervezas, que sin ser excesivas a buen seguro al día siguiente te hacen perder algo de frescura. Sin duda, siempre se puede pegar un poco más fuerte a la pelota, colocarla un poco más, llegar un poco antes a coger la posición para poder “empalar” en una situación idónea. Seguro que salir la noche anterior te hace perder algo de chispa a la hora de afrontar un partido al día siguiente, lo que me lleva a la conclusión de que en vísperas de “semis”, cuando no hay margen de error, lo mejor es concentrarse el día anterior cual futbolistas antes del partido. Cambiar la salida nocturna a horario de tarde y las cervezas por agua mineral. Y es que los pequeños detalles muchas veces pueden significar la diferencia entre el éxito o el fracaso.
En contra de lo que solemos hacer, en está ocasión fuimos de más a menos. Salimos muy enchufados al partido logrando un parcial de 4-0 al comenzar, lo que nos daba cierta tranquilidad. Entre almuerzos, jornadas de descanso por puentes y partidos aplazados por ausencia de rivales llevábamos cerca de un mes sin jugar un partido de campeonato. Esto fue aprovechado por mi compañero para recuperarse de sus molestias en el hombro y volver por sus fueros, marcando las diferencias con su pegada y sus jugadas cuando se le presentaba la ocasión. Poco a poco fuimos consolidando nuestra ventaja hasta llegar al ecuador del partido con nuestra máxima diferencia 15-8. Nuestros rivales no encontraban el ritmo para hacernos daño. Sin duda, a eso influyo que no dispusieran de ninguna pelota con la que poder contrarrestar nuestro juego. La pelota que sacamos era bastante viva, con lo que el delantero de ellos, uno de los mas habilidosos de la categoría, tenía pocas opciones de “matar” los tantos delante. Detrás yo aguantaba perfectamente el peloteo, ganándole la partida en este primer tramo de partido a su zaguero, y mi compañero de pareja se mostraba bastante acertado. A partir de ahí, se produjo un intercambio de golpes que en este caso nos benefició para llegar al 21-14. Se antojaba un desenlace cómodo, aunque mi filosofía es que nunca se debe bajar el ritmo hasta el tanto 25. Ya que cosas muy raras se han visto en un frontón. Nosotros mismo, habituados a las remontadas, ganamos un partido en la segunda jornada que íbamos perdiendo por 19-15. En ese punto nuestro rivales reaccionaron y nos endosaron un parcial de 0-4 para ponerse solamente a 3 (21-18). Un tanto afortunado por nuestra parte (22-18) parecía encarrilar el partido (22-18), pero ellos no habían dicho su última palabra. Un par de errores míos de izquierda (mi talón de Aquiles), unido a que ellos estaban cada vez más enchufados ponía emoción al partido (23-21) y así llegamos al 24-22. Teníamos 3 “match ball”, pero el partido se estaba apretando más de lo previsto. Ellos salvaron el primer tanto, para meter mas presión (24-23) y ponerse solamente a un punto. Entonces llegó la catarsis. Un minuto loco en el que pudo pasar de todo. Mi compañero pego un fuerte pelotazo atrás que estuvo a punto de tocar la chapa en la parte superior del frontón (o quizás llego a tocarla). En todo caso en estas ocasiones se debe aceptar la decisión del juez-arbitro que es el que mejor lo puede ver, es imparcial y no está en caliente. Nuestros rivales, al creer que la pelota había sido mala, protestaron con bastante vehemencia la decisión del arbitro, desentendiéndose del juego, y así propiciaron que pudiéramos hacer el tanto que cerraba el partido. Sin duda un grave error por su parte, ya que se deben acatar las decisiones arbítrales, ya sean acertadas o erróneas, sin perder la concentración exigible en un partido.
La actuación de mi compañero fue notable, una vez superadas sus molestias en el hombro, marcó las diferencias como solía en un partido difícil, y de gran exigencia. También, una vez más hizo gala de su velocidad para devolver todas las pelotas llevables y alguna más. Agradeciendo su pundonor, en alguna ocasión le he recordado que más vale que te hagan un tanto que sufrir un golpe contra la pared por ir a llevar una pelota a toda costa. La mía se puede calificar de correcta, en la primera parte del partido bastante bien, seguro, sin errores y provocando los del zaguero rival. Cierto es también que en la segunda parte del partido mi nivel bajó un poco, cometiendo algún error más de la cuenta con la izquierda. Influyo sin duda el hecho de que ayer noche decidiera salir a dar un “voltio”, y ya se sabe el peligro que tiene esto. Volví a casa un poco tarde y me tomé unas cuantas cervezas, que sin ser excesivas a buen seguro al día siguiente te hacen perder algo de frescura. Sin duda, siempre se puede pegar un poco más fuerte a la pelota, colocarla un poco más, llegar un poco antes a coger la posición para poder “empalar” en una situación idónea. Seguro que salir la noche anterior te hace perder algo de chispa a la hora de afrontar un partido al día siguiente, lo que me lleva a la conclusión de que en vísperas de “semis”, cuando no hay margen de error, lo mejor es concentrarse el día anterior cual futbolistas antes del partido. Cambiar la salida nocturna a horario de tarde y las cervezas por agua mineral. Y es que los pequeños detalles muchas veces pueden significar la diferencia entre el éxito o el fracaso.
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